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Descubren la ciudad más antigua del mundo: está en Ucrania y lo que han encontrado no es normal

Ciudad antigua
Yacimiento arqueológico.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
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Un hallazgo arqueológico reciente, liderado por el arqueólogo Joseph Müller de la Universidad de Kiel, podría reescribir la historia. La investigación comenzó en el año 2011 y ha revelado la existencia de la ciudad más antigua del mundo, cuyo origen se remonta a hace 6.000 años. Ésta antigua urbe está formada por un complejo de asentamientos dispuestos en anillos concéntricos, con una extensión total de 320 hectáreas. Los investigadores han identificado más de 140 de estos sitios, actualmente cubiertos por campos de cultivo, y han observado que las casas estaban alineadas y separadas por amplios corredores.

El diseño de la ciudad incluía un centro vacío, que probablemente servía como espacio común. Las casas, construidas de madera y arcilla, tienen características aún en debate. Un aspecto notable es la práctica de incendiar las casas regularmente, posiblemente como un ritual funerario. Este descubrimiento se basa en investigaciones previas de hace 60 años, cuando el especialista Konstantin Shishkin detectó estructuras subterráneas inusuales en fotografías aéreas de Ucrania. Este hallazgo finalmente ha permitido revelar la existencia de lo que podría ser la ciudad más antigua conocida hasta la fecha.

La ciudad más antigua del mundo

Hace unos 6.000 años, en lo que hoy es Ucrania, surgió la ciudad más antigua del mundo, desafiando la creencia de que las primeras ciudades grandes se desarrollaron en Mesopotamia alrededor del 3.800 a.C.

Estos asentamientos, conocidos como los de Tripillia, presentan una organización sorprendente y extensa, con estructuras que abarcan hasta 320 hectáreas, comparables al casco antiguo de Segovia. Los investigadores, dirigidos por el arqueólogo Joseph Müller de la Universidad de Kiel, comenzaron a estudiar estos sitios en 2011, hallando evidencias de que datan de alrededor del 4.000 a.C., al final de la Edad de Piedra y el inicio de la Edad de Bronce.

La primera indicación de la existencia de estos asentamientos fue dada hace 60 años por el topógrafo militar Konstantin Shishkin, quien identificó en los años 60 estructuras subterráneas anómalas en fotografías aéreas.

Aunque en un principio pensaron que eran simples sombras de la vegetación, Shishkin detectó pruebas irrefutables de restos arqueológicos enterrados. Años después, arqueólogos ucranianos de la Unión Soviética retomaron el trabajo utilizando equipos geomagnéticos para detectar variaciones en el campo magnético terrestre causadas por estructuras subterráneas.

Hoy en día, el geomagnetismo sigue siendo una técnica valiosa para estos estudios, aunque ha avanzado desde los tiempos soviéticos, cuando se utilizaban magnetómetros manuales. Los trabajos más recientes han cartografiado con alta resolución los asentamientos más grandes y han permitido la excavación de estructuras visibles y la recolección de muestras de suelo.

Los asentamientos de Tripillia son grandes y presentan una estructura compleja para la época. Estos lugares se extienden en anillos concéntricos, con bloques de casas alineadas separadas por amplios corredores, y un centro vacío que sugiere un uso común. Las casas, construidas de madera y arcilla, eran modulares. Aunque no está claro si las casas eran de uno o dos pisos o si tenían techos puntiagudos o arqueados, todas compartían un diseño similar.

Un aspecto intrigante de estas ciudades es la práctica de incendiar las casas de manera regular. Aunque se desconoce el motivo exacto, se especula que podría estar relacionado con rituales funerarios, ya que no se han encontrado tumbas en los asentamientos. La falta de enterramientos regulares y la presencia de huesos humanos en vertederos cercanos sugieren prácticas funerarias no convencionales para la época.

Los investigadores también destacan la sostenibilidad de estas sociedades. Utilizaban estiércol animal como fertilizante, lo que permitió mantener el suelo fértil sin sobreexplotar los recursos. A pesar de la tala de árboles para la madera, la calidad del suelo mejoró con el tiempo, gracias a la acción de las lombrices y la formación de tierras fértiles.

Se especula que estas ciudades eran igualitarias, basándose en la uniformidad del diseño de las casas y la ausencia de evidencia de jerarquías sociales. No se encontraban grandes centros de poder ni templos significativos, y algunos edificios parecían funcionar como espacios de reunión comunal para la toma de decisiones colectivas.

Hacia el 3.600 a.C., estas ciudades comenzaron a desaparecer sin rastros de conflicto externo, sugiriendo un colapso interno. Se cree que el aumento de la población y la necesidad de nuevas formas de comunicación para la organización pudieron haber contribuido a su desaparición. Aunque se utilizaban fichas para el comercio, la falta de sistemas de administración más avanzados y una posible burocratización insuficiente llevaron al caos y la eventual desaparición de estas ciudades.

Este fenómeno duró aproximadamente 500 años, mucho más que muchos otros sistemas sociales posteriores, incluida la era del capitalismo industrial contemporáneo. Sin embargo, la falta de innovación en la administración y otros factores todavía necesitan más investigación para entender completamente por qué estas primeras ciudades grandes finalmente colapsaron, según recoge El Confidencial.

El hallazgo de ésta antigua ciudad de 6.000 años redefine el conocimiento histórico sobre urbanismo primitivo, destacando una estructura avanzada y prácticas culturales sorprendentes.

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